He aprendido a vivir
con sencillez y paciencia,
A mirar al cielo y
rezar a Dios,
Y dar un largo paseo en
la madrugada antes de llegar a mi casa,
Para calmar esta
ansiedad innecesaria.
Cuando los pájaros
duermen,
Y un manojo de flores
se marchita,
Escuchando un poco de
música,
De esta corrompida, estruendosa
y hermosa vida.
Vuelvo besando mi
palma,
Un lindo gato
ronronea en el camino,
Y una luz brillante
se enciende,
En el poste del vecino
al otro lado.
Sólo de vez en cuando
se rompe el silencio,
El grito de la
cigüeña en el cuarto de al lado,
Y si llegaras a llamar
a mi puerta,
Creo que ni siquiera te
escucharía.
Yo me acuesto tranquilo y me
duermo en seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado.
Salmos 4:8
Muchas gracias por tomar parte de tu tiempo en leer esto en verdad que estoy muy contento, si te gusto déjame un comentario y ayúdame a compartirlo para que llegue a más personas que a ti no te cuesta nada y me ayudaría muchísimo.
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