En el jardín donde
yace el sol,
Aparece la flor de
Jamaica tan hermosa,
Con esos pétalos que
el viento acaricia,
Y su esencia es
dulce.
Jugo de vida y gran
manjar,
Refrescando el alma y
aliviando el pesar,
con cada trago un
abrazo floral,
En cada gota un mundo
vital.
Convertida en
mermelada brillante,
Un toque de magia al
paladar,
Muchas vitaminas y
fuerza en cada bocado,
Esta flor es un
regalo sagrado.
Su brillo y color
resplandece,
Su dulzura que nunca
se mece,
Celebremos juntos su
esplendor,
La flor de Jamaica nos
invita a degustar.
En cambio, lo que el Espíritu
produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.
Gálatas 5:22-23
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