En la sombra de un
día que se apaga,
Mis pasos arrastran
el peso de la vida,
La mente es un
laberinto que no se apaga,
Y en el corazón, un
eco de un viejo dolor.
Cuerpos cansados de
luchas y sueños,
En cada latido un
susurro de ayer,
Las horas pasan como
viejos dueños,
Y el alma comienza a
ceder.
El viento se lleva
mis quejas lejanas,
Susurrando un canto
de adiós,
En el rincón oscuro
donde el pesar se hace sentir,
Buscando una luz que
me devuelva mi ser.
Pero entre sombras y
penas,
Una chispa aún brilla
en las noches sin fin,
Cansancio y tristeza
son solo cadenas,
Y en el fondo del
alma, renace un nuevo ser.
Vengan a mí todos ustedes que
están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el
yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde;
así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a
llevar son ligeros.”
Mateo 11:28-30
Muchas gracias por tomar parte de tu tiempo en leer esto en verdad que estoy muy contento, si te gusto déjame un comentario y ayúdame a compartirlo para que llegue a más personas que a ti no te cuesta nada y me ayudaría muchísimo.
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